El parto libre es un tema muy de actualidad porque todos hemos visto las imágenes de una mujer embarazada alemana a punto de dar a luz en las orillas del mar. Ante todo, lo primero que pienso, es que lógicamente este parto libre es un parto muy natural, son los que me gusta realizar, poco medicalizado e intervenido. Pero hacerlo sin seguridad expone tanto a la madre como al recién nacido a las leyes de la naturaleza, es decir, ante cualquier complicación materna o fetal no tendrían muchas opciones.
En muchas ocasiones, me han preguntado si yo atiendo partos en casa e, incluso, me han ofrecido propuestas económicas elevadas. Siempre lo he rechazado, no es una cuestión monetaria, sino de seguridad para la mujer y el bebé. No confundamos que parir en casa es más natural que parir en un hospital, a continuación, ahondaremos más en este tema.
¿Parto libre o parto natural?
Pero, ¿qué significa parto natural?, se puede definir como la manera de dar a luz con poco uso de la tecnología y dejando que la naturaleza siga su curso. Esto puede incluir lo siguiente: atravesar el trabajo de parto y el alumbramiento, sin la ayuda de medicamentos, incluidos los analgésicos, como las epidurales.
Natural significa que te sientes como en casa. En este caso, la mujer embarazada elige la postura que desea para parir y por parte de los profesionales sanitarios se interviene lo mínimo posible. En este sentido, bajo mi opinión, siempre digo que se puede parir en un hospital en un ambiente cálido, respetado y humanizado, como si te sintieras en casa, bien acompañada y confiando en el equipo. Pero antes de parir en casa, mi recomendación es parir en un hospital con un equipo de confianza, en un paritorio con opción de bañera también, con la seguridad que, ante la mínima complicación, estarán los medios para resolverla.
Por poner un ejemplo, el mío mismo. Mis dos hijos han nacido de forma natural, en cuclillas, en la habitación del hospital, sin epidural, con matrona y ginecóloga acompañándome en todo momento. Por eso, la definición de parto natural no es dónde (playa, casa, montaña, etc.), sino cómo (con/sin epidural, posturas diferentes…). Cada mujer embarazada puede elegir lo que quiere hacer, decidir con quién quieres parir y cómo. Pero decirte que las habitaciones paritorio del hospital son cada vez más cálidas y si tienes dudas con que postura estarás más cómoda a la hora del nacimiento del bebé, mencionarte que en mis partos nunca sabemos hasta el final la postura o el lugar del parto (cama, colchón en el suelo, bañera…), eso lo decide la mujer cuando llega el momento.
Es importante que sepas que existen muchos problemas que pueden ocurrir en un parto tanto en el hospital, como fuera de él (parto libre): hemorragia postparto (atonía uterina), prolapso de cordón (el cordón sale por la vagina cuando se rompe la bolsa), desprendimiento de placenta ( hemorragia muy grave previa al parto), sufrimiento fetal intrauterino, etc. La diferencia es que un hospital tienes los medios y el tiempo suficiente para resolverlo, fuera del mismo y sin recursos, se pone en riesgo la vida de ambos.
Cada día mueren alrededor de 800 madres por complicaciones relacionadas durante el parto, normalmente en el 90% de los partos no existen complicaciones, pero siempre debemos estar pendientes de salvaguardar la salud de la madre y su hijo. Por eso, yo abogo por la seguridad y lo natural, los dos a la vez, porque separarlo, para mí, incumple nuestro juramento hipocrático, el que todo médico debe jurar antes de ejercer nuestra profesión y me guio siempre por “primun non nocere” (primero no hacer daño).