19 DE OCTUBRE, DÍA DEL CÁNCER DE MAMA:
En el día de hoy, 19 de octubre, día del cáncer de mama, debemos echar nuestra mirada atrás y recordar a esas personas que tenemos cerca o hemos tenido noticias que han pasado por una etapa difícil en la vida, adaptándose a circunstancias complicadas, física, familiar y psicológicamente, que les han hecho merecedoras con su lucha, de nuestro más sincero reconocimiento y de nuestra más sincera admiración. Es una batalla dura, la que todos los días vemos los profesionales que nos dedicamos a la senología en las Unidades de Mama, esas personas, que incansablemente luchan por su día a día, bajo unas circunstancias adversas y que salen a flote con una fuerza auténticamente heroica.
Viendo más de cerca la enfermedad, debo recordar que es fundamental el momento del diagnóstico y el tratamiento precoz, ya que de ello dependerá el pronóstico de la enfermedad, aunque no debemos olvidar que la mayoría de los nódulos mamarios se deben a causas benignas y que el 50-75% de las pacientes diagnosticadas de un cáncer de mama no tienen factores de riesgo reconocibles. Debemos tener como signos de alarma para acudir a un especialista, la palpación de un nódulo no conocido, irregular, de consistencia dura y poco móvil, (se recomienda realizar autoexploraciones de mama después de la regla e intentar de manera mensual sin obsesionarse), salida de sangre por el pezón, retracciones de la piel o retracción que comprometa al pezón, nódulos en axila no conocidos, o hallazgos que nos sugieran algo que ha aparecido recientemente y que no forma parte de nuestra mama normal.
En nuestro medio, la mamografía continua siendo el único estudio actualmente aceptado par el cribado de esta enfermedad, y debe ser el primero a realizar en mujeres mayores de 35 años con clínica sospechosa, siendo en las menores de dicha edad, la ecografía el primero a realizar, ya que la densidad de la mama es mayor cuanto más joven es la paciente y dificulta la detección mamográfica.
Se considera un problema de salud de primer orden en la población femenina por su elevada frecuencia, es el tipo de cáncer más común en dicha población, aunque es una enfermedad biológicamente heterogénea, y por tanto, con distintos comportamientos clínicos. Según los últimos registros del Sistema Europeo de Información del Cáncer (ECIS), en 2018 se diagnosticaron un total de 32.825 nuevos casos de cáncer de mama en España, siendo este tumor el más frecuente entre las mujeres en nuestro país por delante del cáncer de colorrectal, de útero , de pulmón y de ovario. En España, aproximadamente el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres se originan en la mama.
De todos los cánceres de mama, el 70-75% corresponden a casos esporádicos, un 15-20% a agregaciones familiares genéticamente inespecíficas y el 5-10% a casos hereditarios. La probabilidad de desarrollar cáncer de mama siendo mujer, es de 1 de cada 8 y suele aparecer entre los 35 y los 80 años, aunque la franja de los 45-65 es la de mayor incidencia por todos los cambios hormonales que se producen en la peri-postmenopusia, ya que le 75% de los tumores son hormonodependientes. La incidencia ha ido en aumento durante los últimos años y se estima que seguirá en ascenso por distintos factores de riesgo además del aumento poblacional.
Dicho aumento, se debe a las nuevas técnicas de imagen, que cada vez diagnostican más precozmente los tumores, y al aumento de la esperanza de vida, ya que el envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo, al acumular las células cada vez más fallos en la reparación del ADN y con los años tenemos menos capacidad de defensa del organismo. Los factores de riesgo modificables son el sedentarismo, el tabaco, el alcohol, la epidemia de obesidad, y la tendencia a vivir en lugares cada vez más contaminados.
Por ello, debemos de plantearnos varios aspectos en nuestro día a día, no debemos dejar que la rutina nos haga comer cada día fuera y solo para saciar nuestro hambre, debemos alimentarnos con productos frescos de temporada y sin aditivos químicos, debemos realizar deporte para mantener nuestras células oxigenadas, debemos evitar los malos hábitos como el tabaco , alcohol, el estrés, en conclusión, debemos fomentar los hábitos saludables de vida y fomentarlos con nuestros hijos, día a día, educándoles desde pequeños para que en nuestro futuro no tengamos que enfrentarnos a enfermedades que podríamos haber evitado.
Dra Alexandra Henríquez Linares
Especialista en Patología de Mama y Oncología Ginecológica.